Células solares del sudeste asiático bajo análisis comercial en EE.UU.

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​El gobierno de Estados Unidos ha anunciado su intención de imponer aranceles de hasta un 3,521% a las importaciones de células solares provenientes de países del sudeste asiático, como Malasia, Tailandia, Vietnam y Camboya. Esta medida responde a preocupaciones sobre prácticas de competencia desleal, ya que muchas de estas células solares son fabricadas por empresas chinas que, según las autoridades estadounidenses, reciben subsidios estatales que les permiten vender a precios por debajo del mercado.

El Departamento de Comercio de Estados Unidos ha identificado que estas prácticas podrían estar perjudicando a los fabricantes nacionales, al dificultar su capacidad para competir en igualdad de condiciones. La imposición de estos aranceles busca nivelar el campo de juego y proteger la industria solar estadounidense.​

Las tarifas propuestas varían según el país de origen y la empresa fabricante. Por ejemplo, los productos provenientes de Malasia enfrentarían un arancel del 34.41%, mientras que los de Tailandia y Vietnam estarían sujetos a tarifas del 375.19% y 395.85%, respectivamente. En el caso de Camboya, algunas empresas podrían enfrentar aranceles de hasta el 3,521.14%. ​

La Asociación de Industrias del sector solar ha manifestado su inquietud acerca del efecto que estos impuestos podrían tener en la industria. Indican que, aunque la intención es apoyar a los productores locales, esto también podría aumentar los precios para instalar sistemas solares en Estados Unidos, lo cual podría frenar el avance de las fuentes de energía renovable en la nación.

Este anuncio se enmarca en una serie de políticas comerciales más amplias implementadas por la administración estadounidense, que incluyen la imposición de aranceles a diversos productos importados y la renegociación de acuerdos comerciales con otros países. Estas acciones reflejan un enfoque más proteccionista en la política comercial del país.​

La resolución definitiva acerca de la aplicación de estos aranceles estará sujeta a la decisión de la Comisión de Comercio Internacional de Estados Unidos, que analizará si las importaciones relevantes han generado o están en riesgo de generar un perjuicio significativo a la industria local. Se anticipa que este dictamen será publicado en las semanas venideras.

Por otra parte, las compañías de la industria y los expertos en economía observarán de cerca las consecuencias de esta acción, tanto para el mercado de energía solar en EE. UU. como para los vínculos comerciales con las naciones involucradas. La circunstancia resalta lo complicado que es equilibrar la defensa de las industrias locales con el fomento de políticas energéticas sostenibles y la colaboración global.

By Helena P. Corso

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