Kendrick Lamar ha logrado un hecho histórico en el Super Bowl 2025 al ser el primer rapero en solitario que lidera el show de medio tiempo, un evento de resonancia mundial observado por millones. Su espectáculo no solo destacó por su increíble talento y vitalidad, sino que también reflejó su desarrollo artístico, demostrando que no existe escenario que lo limite. Con su estilo inigualable, Lamar llevó a la audiencia a las calles de Compton, el lugar donde su trayectoria dio inicio y donde se formó como una de las voces más vanguardistas del rap.
Kendrick Lamar ha marcado un hito en la historia del Super Bowl 2025, convirtiéndose en el primer rapero en solitario en encargarse del espectáculo de medio tiempo, un evento globalmente reconocido y seguido por millones. La actuación no solo ha sido un derroche de talento y energía, sino también una representación de su evolución artística, dejando claro que no hay escenario que le quede grande. Con un estilo único, Lamar transportó al público a las calles de Compton, donde su carrera comenzó y donde se forjó como una de las voces más innovadoras del rap.
El enfrentamiento, que empezó a intensificarse con la salida de «Not Like Us», llegó a su clímax durante la presentación de Kendrick. En el escenario, Lamar no dudó en hacer una alusión directa a su contrincante, incorporando en su actuación una de las líneas más polémicas de la canción. La alusión a las acusaciones de preferencias personales presentes en su letra causó un furor inmediato entre el público, que entonó la canción con entusiasmo.
Este suceso no solo fue un choque musical, sino también una manifestación de cultura e identidad. La participación de Serena Williams en el escenario, bailando y formando parte de la coreografía, añadió un nivel adicional de simbolismo a la presentación. La conexión entre Williams y Drake, que había sido objeto de discusión anteriormente, fue retomada en esta actuación como parte de la crítica social y la revancha artística de Kendrick. La atleta, cuyo inicio profesional se dio en Compton, se unió a Lamar no solo como amiga, sino como aliada en su respuesta al rapero canadiense.
La selección del entorno y los símbolos del espectáculo también tuvieron un gran significado. Kendrick inició su presentación sobre un Buick GNX, un automóvil que se volvió emblemático de la costa oeste y que, al igual que Lamar, fue fabricado en 1987. El vehículo, junto con el vestuario y la coreografía, se transformaron en elementos esenciales para demostrar la fuerte vinculación de Lamar con sus orígenes y su ciudad de nacimiento.
La elección del lugar y los símbolos presentes en el show también fueron significativos. Kendrick comenzó su actuación sobre un Buick GNX, un modelo de coche que se convirtió en un ícono de la costa oeste y que, al igual que Lamar, fue creado en 1987. El coche, junto con el vestuario y la coreografía, se convirtieron en elementos clave para mostrar la profunda conexión de Lamar con sus raíces y su ciudad natal.
La influencia de Kendrick Lamar en la música y la cultura contemporánea es innegable, y esta actuación en el Super Bowl no solo consolidó su estatus como uno de los artistas más importantes de su generación, sino que también sirvió para resolver cuentas pendientes con sus competidores de una manera que solo un genio artístico como él sabe hacer. A lo largo de su carrera, Lamar ha demostrado ser un innovador, y esta presentación, con su mezcla de crítica social, cultura popular y destreza artística, solo confirma su lugar en la historia.