En la plaza del ayuntamiento del suburbio de Peristeri, al sureste de Atenas, los militantes del partido de izquierda radical esperaban pacientemente desde primera hora de la mañana a que el reloj marcara las 8 y abrieran las puertas del centro electoral. Como suele ser frecuente, los votantes de la tercera edad fueron los más madrugadores. Después de depositar su voto en las urnas, se dieron cita en el «kafenío», bar con solera que en la Grecia actual cumple con la función que tenía el ágora en la Antigüedad. Poco a poco fueron llegando los afiliados, tomaron asiento, pidieron un café de puchero, y «komboloi» en mano, discutieron apasionadamente, durante horas sobre quién es el mejor candidato, hicieron un repaso de la trayectoria del partido en la última década, de la izquierda helena de los últimos 30 años, pero también sobre la cosecha de higos perdida por culpa de las lluvias torrenciales de las últimas semanas. «Me gusta Kaselakis, pero voy a esperar a que venga a votar antes de tomar la decisión final», nos explica Yanis, un jubilado de 78 años. «Eso no me lo esperaba de ti», grita en tono jocoso desde la otra punta de la mesa Anastasios, que acaba de votar a Ajchioglu «por todo lo que consiguió cuando fue ministra», explica.
En su llegada al centro electoral de Peristeri, Efi Ajchioglu fue recibida con aplausos. «Hoy comienza una nueva era para la izquierda griega, hoy los ciudadanos tienen la palabra», declaró a los medios tras introducir su voto en la urna. Pasadas las 12, fue el turno de Estéfanos Kaselakis, el último candidato en presentar su candidatura. Como si de una estrella del pop se tratará, Kaselakis fue recibido, entre aplausos y vítores, por centenas de personas. «Estamos contigo. Estéfanos, presidente», corean unas mujeres a la puerta del centro electoral. Cercano y con una imborrable sonrisa, Kaselakis se hizo fotografías con los votantes, escuchó con atención a todos aquellos que quisieron trasmitirles sus dudas y preocupaciones e incluso se dejó fotografiar con algunas mascotas que acompañaron a sus dueños a las urnas.
Efi Ajchioglu, una líder con ideas claras
De 38 años de edad, madre, doctora en derecho laboral, diputada por y ministra de Trabajo y Seguridad Social durante el mandato de Alexis Tsipras era, según todas las encuestas, la gran favorita.
Ajchioglu debutó en política en el año 2015 como candidata en las elecciones generales en las que Syriza-AP consiguió, tras una victoria histórica, formar un gobierno de coalición con el partido nacionalista «Griegos Independientes». En 2016, se hizo cargo de la cartera de Trabajo y Seguridad Social. Eran los años duros de la crisis, en los que el país heleno se vio obligado a firmar un tercer rescate con la Troika. Aun así, Ajchioglu defendió a capa y espada los derechos de los trabajadores, consiguiendo una subida sustancial en el salario mínimo interprofesional y la negociación de los convenios colectivos. En las elecciones generales de 2019 y en las del pasado mes de junio, consiguió renovar su escaño como diputada. Ajchioglu se presenta como una líder fuerte de la oposición al gobierno conservador de Kyriakos Mitsotakis, sobre todo en materia de derechos laborales y política social, garantizando la sanidad y la educación pública de calidad para todos, blindando los derechos laborales y apostando por un modelo económico acorde con los tiempos que corren. En este sentido, Ajchioglu apuesta por el fin del modelo turismo como motor de la economía helena y propone un modelo productivo y de desarrollo que refuerce la industria, la agricultura, la ganadería y la economía digital.
En lo referente al partido, exige un cambio radical para que la formación pueda adaptarse a las condiciones y las demandas actuales de la sociedad, acercando la política a los ciudadanos y haciéndoles partícipes de las decisiones que afectan a su vida. «Vamos a construir la sociedad que nos merecemos, a renovar la izquierda helena. Pongamos fin a la política de supervivencia a la que nos ha acostumbrado el gobierno de Nueva Democracia», expuso la joven política durante el mitin de cierre de campaña.
Estéfanos Kaselakis, el desconocido que llega pisando fuerte
Economista de formación y con residencia permanente en Miami, fundó su propia empresa naviera tras trabajar, durante los peores años de la crisis financiera mundial, en Goldman Sachs.
Con una brillante estrategia de comunicación, Kaselakis ha conseguido en escasas semanas pasar de ser un completo desconocido para los griegos, a abrir telediarios y estar en boca de todos.
Entre las medidas más rompedoras de su programa destacan la separación entre la Iglesia y el Estado (Grecia es un estado confesional), el matrimonio entre personas del distinto sexo o la eliminación del servicio militar obligatorio.
Participación histórica
Cerca de 150.000 de votantes pasaron por las urnas en los casi 600 colegios electorales distribuidos por todo el país y más de 40.000 personas se afiliaron al partido durante la jornada electoral. Las elecciones fueron abiertas y, hasta el último momento, los ciudadanos pudieron afiliarse al partido y participar en las elecciones primarias.
La sombra de Alexis Tsipras estuvo muy presente durante toda la jornada electoral. «Con Alexis y por Alexis», declaró Kaselakis ante las cámaras antes de entrar al centro electoral. «Voy a votar a Nikos Papás porque era la mano derecha de Alexis, el mejor líder de izquierdas que ha tenido este país», comenta a ABC Yorgos, afiliado de 60 años. «Como Alexis ninguno, por eso voy a votar a uno de los candidatos que trabajaron con él mano a mano y consiguieron una victoria histórica en 2015», nos explica Ioana, una mujer de 35 años que se acababa de afiliar al partido.
Los militantes del partido, divididos entre aquellos buscan un nuevo giro radical del partido, con nuevos líderes y nuevas propuestas, y aquellos, los más románticos, que se aferran a los tiempos en los que Syriza-AP pasó de ser un partido minoritario en el parlamento a formar gobierno, finalmente han optado por la renovación de la coalición. Cabe recordar que el partido llevaba descabezado desde que Alexis Tsipras presentara su dimisión como secretario general tras el varapalo de las elecciones generales de junio.