El Día Mundial de la Salud 2025 en Chile se celebró con un evento significativo en la comuna de La Pintana, un espacio que subrayó la importancia de promover comienzos saludables para asegurar futuros prometedores. La actividad principal, centrada en la salud materna y neonatal, buscó destacar la relevancia de una atención integral para las madres y sus hijos, entendiendo que una buena salud en estos primeros momentos de vida es crucial para el bienestar a largo plazo de las personas y las comunidades.
El evento contó con la participación de líderes locales, representantes del sector salud y comunidades indígenas, quienes compartieron sus perspectivas y experiencias. En particular, la dirigente Mapuche, Juana Cheuquepán, aportó valiosos conocimientos sobre las prácticas tradicionales de su comunidad, enfatizando la importancia de integrar la medicina ancestral con la medicina moderna. Su intervención destacó cómo la riqueza cultural de las comunidades originarias puede ser una herramienta poderosa para mejorar la atención sanitaria, promoviendo un enfoque respetuoso y equilibrado entre distintas formas de conocimiento.
Además de la visión intercultural, la actividad también fue un espacio para reflexionar sobre los desafíos que enfrenta la atención primaria de salud (APS) en Chile. Los profesionales de salud presentes discutieron sobre la necesidad de fortalecer los servicios en comunidades vulnerables y en áreas donde el acceso a la salud es más limitado. En este sentido, la APS juega un papel fundamental no solo en la prevención de enfermedades, sino también en la promoción de la salud de manera equitativa para todos los sectores de la población.
La jornada incluyó un espacio para escuchar directamente a los usuarios del sistema de salud, quienes compartieron sus experiencias y sugerencias para mejorar la atención. Este diálogo entre los prestadores de servicios y los beneficiarios es clave para entender mejor las necesidades reales de la población y ajustar las políticas y prácticas de salud para que sean más inclusivas y efectivas.
Uno de los discursos más impactantes del encuentro fue la invitación a establecer un sistema de salud más humano e integrador, donde las diferentes culturas sean apreciadas y honradas. Esta fusión cultural no se limita a simplemente incorporar prácticas, sino que requiere una transformación significativa en la comprensión y la prestación de servicios de salud. Al valorar y reconocer el saber ancestral, se puede progresar hacia un modelo más justo, donde todas las opiniones sean valoradas y tenidas en cuenta.
El evento también subrayó la importancia de las políticas públicas que favorezcan el acceso universal a servicios de salud de calidad. La salud, entendida como un derecho fundamental, debe ser un objetivo común en todas las comunidades. Para lograrlo, es necesario un esfuerzo conjunto de las autoridades sanitarias, los profesionales del sector y, por supuesto, las comunidades, quienes son los principales beneficiarios de los servicios.